Monica Ayos cuenta su anecdota de Botineras.

Culminó su participación especial como figura invitada en “Botineras”, la nueva tira de Telefe, con una anécdota inolvidable. “El último día de grabación me pasó algo insólito”, cuenta Mónica Ayos a PUROSHOW. Luego de una de las escenas cumbres, la actriz creadora del espacio cultural “Venática”, decidió invitar a almorzar a su marido, el actor Diego Olivera, quien grababa en el mismo complejo la novela “Herencia de amor” (Telefe). Por una cuestión de tiempos y continuidad, Mónica decidió llegar al restaurante maquillada. Pero el make up, de la mujer conflictuada que interpretará desde el próximo martes junto a Isabel Macedo, Nicolás Cabré y Romina Gaetani, era un tanto especial: golpes marcados, hematomas y cortes en su cara. “El maquillador hizo un trabajo bárbaro, los golpes quedaron muy reales. Y así nos sentamos a comer Diego y yo en un restó de la calle Dardo Rocha, en San Isidro”, contó. “Diego comió algo rápido porque debía regresar a la grabación, y como yo tenía algo de tiempo decidí quedarme a tomar un café."

"Al quedarme sola, un señor mayor, que miraba desde otra mesa, se me acercó para hablarme. Me miró y me dijo: querida, vamos a hacer la denuncia, yo te acompaño”, narra Mónica. Perpleja, Ayos no supo que responder ante la invitación. El anciano continuó: “yo nunca pensé que un hombre tan joven y buen mozo como tu marido fuera un golpeador y te deje así, de esa manera”. Fue entonces que Mónica reaccionó. “No señor, no son golpes, es maquillaje, le dije”, comenta. “Tuve que convencer al señor de que Diego no es golpeador. El seguía sin creerme y me decía: no tengas miedo, vamos a hacer la denuncia. Entonces tuve que sacarme parte del maquillaje para que me creyera. Por suerte entendió que se había equivocado. Igualmente le agradecí muchísimo por su buen gesto de ofrecerse para ayudarme al pensar que yo estaba pensando por un mal momento”, culmina Mónica con gracia y destacando el espíritu solidario del señor.